Cortamos la cabeza del pescado blanco por detrás de las aletas, y marcamos un corte por la parte de la panza y otro por el lomo. Desde la cola cortamos medio filete por cada lado del pescado.

Terminamos de limpiar las impurezas del filete y con unas pinzas le quitamos las espinas y cortamos los filetes en cuatro partes.  Ponemos un poquito de sal para quitar el agua sobrante y los olores.

Picamos el cebollino fino, separamos los tallos del shimeji, quitamos los tallos del shitake y lo cortamos en juliana. Pelamos el jengibre y lo rallamos

En un cazo calentamos aceite de sésamo y salteamos las setas. Añadimos el caldo dashi y lo cocemos un poquito. Añadimos el mirin, el sake, la salsa de soja y el azúcar.

Cuando está bien mezclado y empieza a hervir ponemos agua en la fécula de patata. Lo mezclamos y lo añadimos poco a poco en el cazo, removiéndolo continuamente para evitar grumos hasta que espesa.

Una vez se ha quitado el agua sobrante del pescado, lo secamos con una servilleta de papel y lo rebozamos en la fécula de patata.

Calentamos aceite de sésamo en una sartén y freímos el pescado por un lado de la piel y cuando está crujiente hacemos lo mismo por el otro lado.

Emplatamos el filete en un cuenco, por encima ponemos la salsa de setas, un poquito de cebollino y un toque de jengibre. Ya tenemos lista nuestro pescado blanco en salsa de setas.